miércoles, 5 de abril de 2017

Preparando el chasis.

Hola otra vez.
Otro empujoncito a Romero, poco a poco hasta que termine de restaurarlo. Hoy toca la preparación del chasis para repararlo y pintarlo. Al final estoy haciendo mucho más de lo que en un principio pensaba, pero ya que estoy metido en faena dejar de hacer algunas cosas me parece que sería como dejarlo a medias. Lo que sí tengo claro es que no voy a quitar el motor. No tengo medios ni ganas y se que si lo hago me eternizaré con esto, además para una cosa que funciona del coche...

Seguimos clareando el chasis y el motor, sacamos la batería de su sitio, más fácil no puede ser, quitamos un par de palomillas que sujetan con unas garras la batería a su soporte y listo, bueno claro, también hay que desconectarla.

El radiador es otro elemento que tapa bastante el motor, si quiero limpiarlo un poco (el motor) debería facilitar el acceso al mismo, además la calandra hay que pintarla y el deflector que encauza el aire debe ser reparado.

Se quitan algunos tornillos y se desconectan los manguitos del radiador, tuve la precaución de poner un barreño bajo el coche, pero el agua salió por todos sitios y fue muy poca la que se recogió en el barreño...

Al fondo se puede ver el radiador en la calandra y con el deflector aún montado. 8 tornillos roscachapa para quitar el deflector del radiador y 12 tornillos con tuerca para separar radiador y calandra.

A continuación quitaré el soporte de la batería (también se podría haber hecho antes), cuatro tornillos con tuerca, y se comprueba que el ácido de la batería ha hecho de las suyas, ya veré más adelante si lo reparo o construyo un soporte nuevo.

Deflector ya fuera, habrá que soldar algún soporte, lijar y pintar de nuevo.

Parece que va habiendo algo de claridad, en cuanto pueda limpiaré con gasoil o gasolina y quitagrasa el motor.

Con el cepillo metálico y la radial empezamos a cepillar el chasis, quitaremos todo el barro que tiene y la capa de óxido que se ha formado en algunos puntos, sorprendentemente, está en muy buen estado, excepción hecha de la viga trasera, que será cambiada. El aspecto del tubo de escape tras el cepillado es buenísimo.

Las cintas de nailon que impiden que el tren trasero se separe, serán sustituídas.

Pasado el cepillo se aprecia cómo el chasis mantiene su pintura original en muchos sitios.

Aspecto original, antes de pasar el cepillo, que presentaba el chasis. 

Con un poquito que se le da sale el brillo del metal, en las zonas donde se ha caído la pintura.

es una gran cambio, el chasis parece otro y hace ver que el trabajo no será tanto como en un principio se había pensado, pero no nos llevemos a engaños, hay mucho trabajo que hacer.

La grapa que sujeta los macarrones del gasoil, hasta que cepillé no sabía que estaban ahí, los macarrones estaban sujetos con una brida de tirón, de esas de plástico a otro sitio.

No se podrá decir que no he pasado el cepillo suficientemente...

Una vez el chasis está limpio o por lo menos en camino de estarlo, voy a empezar a limpiar el motor. Aquí tenemos la caja de cambios, completamente cubierta de grasa, polvo y tierra. Aplicamos quitagrasa y dejamos actuar.

Con ayuda de una espátula podemos retirar la mayor parte de la grasa y suciedad, para posteriormente limpiar con gasoil y una brocha para disolver toda la porquería.

Al poco rato de limpiar el aspecto es completamente diferente y hace pensar que va a quedar muy bien.

Con el motor ocurre lo mismo, la dificultad del trabajo únicamente viene de lo difícil del acceso a algunas partes. Tras un momento con la brocha y el trapo ya se ve el color del motor y los cables eléctricos, también de colores.

La tapa de balancines será quitada luego y limpiada a conciencia, seguro que lucirá un aspecto brillante.

Incluso me he atrevido a desmontar las palancas de luces e intermitentes. También será fácil hacer que queden como nuevas.

La caja de cambios desde el otro lado.

Hasta pronto, amigos.

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