domingo, 25 de febrero de 2018

Camino del color

Saludos desde la llanura.
Sigo poco a poco trabajando en mi Land Rover, y es que hay tanto por hacer... Quería haber empezado a pintar este fin de semana, y casi lo consigo, pero hay muchos frentes abiertos, así que cuento por dónde voy.

Recibí unos cinturones pélvicos tipo avión par montar en los asientos delanteros, así que los reservaré par cuando toque ponerlos.

También se me ocurrió una posible manera de recuperar la tornillería del coche, que es mucha, básicamente consiste en revolver los tornillos, tuercas y demás piezas con arena para que se lijen, empecé la prueba con arena de obra, pero más tarde me hice con corindón, el resultado es bastante aceptable.

La cochera está casi lista para poder pintar, he cubierto dos paredes totalmente con plástico, falta cerrar la entrada y la salida, pero antes he de terminar de preparar todo. Se me ocurrió agujerear el capó antes de pintarlo.

Así que hice una plantilla de papel para marcar donde irían los taladros.

Comprobando que los taladros están correctamente posicionados. Cómo curiosidad diré que todos los taladros coinciden con los perfiles de refuerzo que el capó lleva por la parte de abajo.

Aquí podemos ver el invento para enarenar la tornillería, cuando hice la foto no me di cuenta, pero estaba a punto de ocurrir algo...

La calandra lista, en la esquina inferior izquierda se puede apreciar la soldadura que hubo que hacer para repararla.

Las alertas y el mamparo del salpicadero ya están en la cabina de pintura.

Las piezas interiores de las alertas también las he pintado, más por protección que la cosa, ya que no se ven.

Et voilà, un gran ruido me hace pensar que algo ha ocurrido, efectivamenta, el bote de los tornillos de ha salido y como seguía girando ha regado las piezas por el suelo...

Las chapas de debajo de las aletas por el otro lado.

El anagrama de Rover Diésel lo ha pintado por detrás con negro y plata para mejorar su aspecto, en la foto se ve antes de arreglarse.

Ahora vamos a enmasillar, un poco de masilla y un muy poco de catalizador, se mezcla bien con un par de espátulas y se aplica donde sea necesario.

La curva de la esquina de las aletas. Las dos son nuevas, probablemente el coche tuvo un golpe y se las tuvieron que cambiar, aún así las esquinas estaban algo abolladas, saqué los bullones hace un par de veranos, así que ya era hora...

Otra parte de las aletas con masilla para corregir unos arañazos.

Algunos picados más.

Y ahora el turno del mamparo del salpicadero. Tenía un par de podridos que finalmente pude reparar saneando y soldando una chapa (no encuentro las fotos, lo siento), y ahora hay que hacer que no se note la reparación e igualar con la chapa para que una vez pintado no se note.

En el otro lado el podrido era más pequeño y tuvo una reparación más fácil.

La calandra también la he enmasillado.
En fin, como dice el título de la entrada, ya falta menos para ver algo de color, a ver si el finde que viene otra puedo contar algo más interesante.
Hasta luego.