domingo, 1 de abril de 2018

Llegó el color

Hola de nuevo.
Esta tarde estoy muy contento, y es que por fin he pintado las primeras piezas, bueno a decir verdad, debería decir la primera pieza. Os cuento:
Tras la imprimación que comenté en la última entrada, efectivamente pase alguna que otra tarde dando lija y enmasillando de nuevo aquellos desperfectos que al revisar iban apareciendo (después de tanto tiempo restaurando, no es cuestión de que no quede todo lo bien que puede quedar por hacerlo más deprisa de la cuenta); una vez revisado todo y listo, limpié bien las piezas para eliminar todo resto del polvo de la lija, pegado a las piezas al haberse secado el agua con la que se lijaron; después de eso revisé los anclajes de las piezas al techo de la cabina de pintura para situarlas de la mejor manera posible para pintarlas; se comprueban los plásticos de la cabina para no llenar todo de pintura; se prepara la pintura y para adentro.

Las piezas completamente listas, enmasillando, imprimidas, lijadas, repasadas y limpias.

Esta vez abriré el bote de pintura no solo para ver el tono. Prepararé 200 ml, al no saber cuánta pintura consumiré pintando, pero presumiblemente esa cantidad debe cundir bastante, ya veremos. La pintura lleva catalizador-endurecedor en proporción 3:1 (3 de pintura y 1 de catalizador), en alguna entrada anterior ésto se explica más detalladamente (la referente a la pintura de las llantas).

La parte inferior del capó, que sirve para regular el caudal de aire y el flujo de pintura. El primer paño que pinté, el de la derecha, ya hizo que me emocionara.

Una vez regulada la pistola pasamos al mamparo (bulkhead), pues de todas las piezas es la que me interesa pintar primero, al ser donde se sujetan muchas de las piezas del motor, circuitería eléctrica e hidráulica, pedales, cuadro de instrumentos, módulo de calefacción...

Es una pieza compleja y entretenida de pintar, pero el resultado es espectacular. Alguien me dijo una vez que para pintar no hay que tener prisa, es preferible dar dos pasadas con poca pintura, que una con mucha y arriesgarse a que chorree.

La forma de la pieza hace que haya que pintar desde muchos ángulos distintos, variando también la dirección del abanico. Finalmente, los 200 ml se me quedan algo cortos, puesto que no termino de pintar el hueco del cuadro de instrumentos y el hueco de donde sale la dirección, que ya terminaré cuando siga pintando más piezas, pero el resultado es espectacular como puede comprobarse.

Bueno, espero que hayáis disfrutado tanto como yo. Hasta la próxima.

Al día siguiente, ya sin la niebla de pintura, pude hacer estas fotos.

Y aún me pareció que había quedado mejor de lo que pensaba al terminar.

Ahora sí se aprecia lo que quedó sin pintar.

Al capó se le dará también un pequeño repaso.

Hasta luego.

Bueno, pues otra vez aquí, y es que esta tarde, con todo preparado, no podía no ir a la cochera y dejas las piezas colgadas a medio pintar. Venga.

La calandra terminada, ya puedo montar el radiador y en encauzador de aire para ponerlo sobre el chasis, ya os lo contaré.

El capó, impresionante el brillo que ha cogido, se puede apreciar en el reflejo que se ve del mamparo. En la parte de abajo la chapa que cubre el túnel de la caja de cambios.

Casi todas las bisagras y algunas tapas del salpicadero, los cerquillos de los faros y la tapa de la guantera también están ya pintadas.

Hasta la próxima, que no sé qué será.

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